En tiempos de crisis, muchos son los que apuestan por el emprendimiento para tratar de buscarse la vida. No obstante, el emprendimiento es más que un empleo, porque requiere de unas características y actitud específicas para tener éxito. El emprendimiento más que una vía de escape a la carencia económica, debe ser entendido como un camino largo, que requiere de mucho esfuerzo diario y compromiso.
Cualquier persona puede ser un emprendedor, ya que basta con montar una empresa. No obstante, lo difícil aquí es tener el éxito suficiente como para poder vivir de esto. Además, si lo realizamos con éxito no sólo nos aportará beneficios económicos, sino que también tiene ventajas como el hecho de no tener un jefe, poder gestionar nuestro tiempo y organizarnos como prefiramos.
Por otro lado, el emprendimiento conlleva asumir riesgos e incertidumbres, por ejemplo, la inversión en un negocio necesita un capital inicial para comprar un establecimiento y afrontar los gastos iniciales. Esta inversión puede acabar en pérdidas si no lo hacemos bien.
Una vez que conocemos las ventajas y riesgos de emprender, debes hacer un balance para decidir si adentrarte en el mundo del emprendimiento y debes saber que si cumples las siguientes características, la balanza se inclinará a tu favor:
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Ser apasionado con lo que hacemos
La vocación es el leitmotiv de cualquier profesión. No podremos dedicarnos en cuerpo y alma a nuestra empresa si no nos gusta lo que estamos haciendo, por lo que si pensamos que no nos gustará es mejor no empezarlo.
El entusiasmo ayuda a que el sacrificio de toda actividad profesional no suponga sufrimiento, sino ganas de superación y convertir las dificultades en retos que superar. El amor a nuestra profesión es fundamental en el emprendimiento. Trabajar en lo que nos emociona nos da independencia y confianza en nosotros mismos, y esta es una de las características de un emprendedor exitoso.
Tener visión no sólo a corto plazo
Un emprendedor debe tener una visión empresarial particular. La visión del emprendedor se puede entender como un olfato que le permite adelantarse a las necesidades del mercado para iniciar un negocio que realmente satisfaga las necesidades de su público objetivo.
Tener iniciativa
Asimismo, un emprendedor debe llevar la iniciativa por bandera. Una persona que continuamente considera nuevas propuestas, mejoras y oportunidades es una persona con iniciativa. Esto es decisivo para que el producto o servicio que desarrolles sea totalmente innovador.
Ser un buen comunicador
Los emprendedores deben comunicarse con los actores clave que influyen en su negocio. Desde los proveedores hasta los clientes, e incluso las relaciones entre ellos, la comunicación eficaz es imprescindible. Poseer esta habilidad es invaluable, ya que también es un factor que determinará el éxito de la empresa en el futuro.
La falta de comunicación interna dentro de la empresa entre propietarios y empleados, o incluso entre empleados, crea problemas de colaboración a largo plazo a la hora de realizar el trabajo y también genera conflictos en el trabajo.
Ser optimista
El emprendedor de éxito debe ser optimista y seguro de sí mismo para tomar decisiones con franqueza. Ser positivo es fundamental para atraer el éxito y hacer frente a muchos problemas que surgirán durante la marcha del negocio.
Habilidad para trabajar en equipo
Una persona no puede tener éxito sola. Es fundamental contar con el apoyo de empleados y compañeros, por lo que poder potenciar el trabajo en equipo y seleccionar a las mejores personas para nuestro proyecto es fundamental. Además, debemos poder mantener la armonía en nuestro personal.
Saber escuchar, incluso las críticas
Para emprender un negocio es necesario tener claro que no existe una verdad absoluta. Para aprender y mejorar, debe poder escuchar a los demás: tanto clientes como colegas, competidores o expertos. Además, es importante también saber escuchar los comentarios negativos y las críticas constructivas, ya que nos darán pistas sobre en qué aspectos debemos mejorar nuestro negocio.