Muchas veces, el éxito o el fracaso de tu empresa viene definido por tu estrategia empresarial competitiva.
Estas estrategias son las que definen la ventaja competitiva que va a tener nuestra empresa en un sector determinado así como la propuesta de valor de ella.
Cuando hablamos de estrategias competitivas hablamos de las posibilidades que tiene una empresa de posicionarse en un determinado sector.
Estas estrategias competitivas permiten destacar su valor diferenciador y poder explotarlo frente a la competencia de dicho sector.
Nos encontramos distintas clasificaciones que nos dan a conocer cómo alcanzar los objetivos de la empresa de diferente manera.
- Liderazgo en costes
- Diferenciación
- Segmentación
Índice de Contenidos
Liderazgo en costes
Este tipo de estrategias se enfocan en distinguirse de sus competidores obteniendo una ventaja en costos.
Que una empresa se decante por seguir una estrategia de liderazgo en costes busca conseguir disminuir los costes, pero no por ello significa que vaya a enfocarse en ser líder en costes.
Esta estrategia lo que busca es tener unos costes más bajos que los de su competencia. Busca conseguir unos costes más bajos que la competencia para poder aumentar su margen de beneficio y con eso, poder llegar a aplicar alguna reducción de precio e incluso echar del mercado a sus competidores.
Algunas de las ventajas por las cuales se decide llevar una estrategia de liderazgo en costes es la búsqueda de economías de escalas, acumular una mayor experiencia, introducir procesos innovadores invirtiendo en ellos para obtener una mayor productividad. Acceder a la mejor materia prima para poder reducir el costo, una buena ubicación para la empresa, un buen control de costes y sobre todo, ajustar la producción de la empresa a lo que demanda un mercado ya que una producción en exceso tiene un mayor coste.
Pero al igual que ventajas, esta estrategia también tiene unos riesgos que todo empresario debe conocer.
Tenemos que tener en cuenta que las empresas de la competencia van a tener costes parecidos a los nuestros, por lo que es fácil que logren igualarnos. A veces, esta reducción de costes no compensa ya que los productos suelen perder calidad y muchos consumidores le prestan especial atención a esto. También, la reducción de costes tiene un límite por lo que no podremos seguir y seguir bajando los costes.
Diferenciación
Esta segunda estrategia se enfoca en adaptar las estrategias para captar a los clientes. Busca llamar la atención de los consumidores de tal forma que perciban nuestro producto o servicio como algo diferente y mejor al de la competencia.
Busca destacar ese factor que lo diferencia de los demás. Una forma de conseguirlo es mejorando la calidad de los productos aunque no el único. Al igual que llevar una estrategia de diferenciación no conlleva que sean los precios más altos.
Hay varias ventajas o factores que hacen que esta estrategia se pueda llevar a cabo.
Se tiene muy en cuenta aquellos factores que proceden del mismo producto o servicio, es decir, se tiene en cuenta los factores físicos como el tamaño o la forma pero también factores intangibles o complementos, como aquellos estéticos o psicológicos.
También se tiene en cuenta los factores propios de la empresa, como la manera en la que se lleva el negocio, cómo se relaciona con los clientes o su propia ética.
Y por último, los factores procedentes del sector como las preferencias o necesidades de los clientes.
Pero al igual que tiene factores que benefician este tipo de estrategia, o que nos proporciona una ventaja, también tiene sus problemas.
Tenemos que tener en cuenta que a veces esa diferenciación en calidad no es suficiente para justificar la diferencia de precios. Puede darse el caso que los clientes dejen de percibir nuestro producto como exclusivo o que el resto de empresas sean capaces de igualarnos a través de imitarnos.
Segmentación
Esta es la tercera estrategia que puede realizar una empresa. Se da cuando una empresa no puede competir en todo el mercado existente y se enfoca en una parte de él.
Se enfoca en cubrir las necesidades de ese nicho en concreto, de una forma más eficiente que la competencia.
Puede optar también a su vez a seguir una estrategia de diferenciación o liderazgo en costes en ese nicho en el que quiere trabajar. El seguir este tipo de estrategia puede suponer en un futuro una limitación para la empresa ya que desarrolla su actividad en un mercado muy reducido.
Algunos factores que ayudan a que esta estrategia se de bien es el seleccionar un nicho que no sea excesivamente pequeño que nos limite todas las capacidades. Así mismo, tiene que ser un nicho con capacidad de crecimiento y que no sea uno muy buscado por la competencia.
También es necesario contar con los recursos necesarios para poder desarrollar la actividad empresarial. Y muchas veces, el poseer una imagen y prestigio en un nicho pequeño, puede abrirnos también la puerta a nichos relacionados con nuestra actividad.
Como riesgos podemos destacar que la competencia puede igualar nuestra oferta y además, si el nicho está en crecimiento puede llamar la atención a otras empresas de fuera de este mercado.
Por último, las tendencias globales cambian y puede que las necesidades de los clientes varíen haciendo que nuestro nicho corra riesgo de desaparecer o que desaparezca completamente.